"They say that the beauty most die... i say it just move on"

lunes, 31 de diciembre de 2012

Imagina si alguien robara un color.

Parecía otra idea descabellada, algo sin juicio, que solamente se podría imaginar en los sueños más creativos de alguien soñador. El aventurero plantó la idea de crear algo, de cambiar su mundo, de salir de la rutina llena de palabras sin rima ni coherencia, dejar suspiros atrás y convertirlos en risas eternas. 
Sonará estúpido y muchos dirán que perdió el sentido, pero se miraba muy seguro de sí mismo, al terminar otra triste canción, se propuso el robarle un color a éste mundo tan mundo. 
No sabía cuál robar, todo parecía tan colorido, usualmente no lo es, pero la reflexión lo orillaba a elegir solamente uno. 
El  rojo, lleno de pasión, amor, mientras estaba acostado, recordaba las fresas que comió hace tiempo, tan rojas, los labios que lo estremecían cada vez que aparecían en sus pensamientos. El sol era rojo para él, rojo es sentir, rojo es vivir entre la sangre y las rosas que crecen en el jardín del vecino. Pensaba en llevarle rosas a su Luna, y después pensó en robar el color en su nombre, si fuera el rojo, le regalaría la calidez del sol, y toda planta existente se convertirían en rosas rojas dedicadas para la luna. 
Pero se marchitarían. La sangre perece y las fresas se pudren si no son comidas. Los labios no serían los mismos ya que es su color carne el que le da la pasión a su encuentro. El aventurero siguió pensando, café, amarillo, magenta, gris... Quitaría lo triste en el mundo, negro jamás, negro es intocable, vino, tenía sed, quizá un verde limón, tan famoso, favorito entre las mentes. 

Miró a Luna a los ojos y se dió cuenta de que a su alrededor había cielo, cielo y mar, azul. Azul era el color que debía ser robado. Azul es perfecto, tantas tonalidades, turquesa, marino, tantas ideas y cosas, el agua era azul cristalina, pupilas de gente azul,  círculos, planetas, letras, cosas y cosas en un mundo azul.

Sin embargo, la emoción no duró. Se dio cuenta al ver el reflejo de la linda sonrisa de la luna en el agua del mar. Miró al cielo y se dio cuenta otra vez, y otra y otra al pensar.
El azul ya había sido robado, ella lo tenía todo a su alrededor, aquél corazón blanco atrapado en un cuerpo de mujer. Siempre tiene azul cerca, en un reflejo, al alzar la mirada, al cerrar los ojos, no lo había notado aún. 

Pero su sonrisa es tan azul en éste mundo tan mundo.